Le he tomado un especial temor al Sur, siento que me duerme, me acuna en comodidad, llego a Santiago y estallo en Fé, emoción y compromiso, me voy y todo se aletarga y se vuelve lento... ¿Dónde queda el estandarte, las trompetas y el ejercito? se los lleva la lluvia creo...
Me encanta conocer gente nueva, pero me duele tanto dejarlos atrás, tantas historias inconclusas, demasiadas veces me descubro soñando despierto: "Quizás si viviese aquí", "si las cosas fueran de esta manera", "¿me gustaría que algo así pasara?", "quizás algun día..."
- Nota a mi mismo: No vuelvas a decir "algun día", guardatelo idiota!
Viajo y dispongo el corazón una vez más para desprenderme, voy a festejar la unión de dos personas muy queridas y aunque todos saben que me habría gustado venir acompañado, no me arrepiento de estar solo, es como una "pequeña aventura", gracias Padre por darme todo esto y poder compartir con toda esta gente este día, aunque todabía no tenga claro donde dormiré (si es que duermo) ni como volveré a casa... jejeje!
Copiandole a San Lucas:
"Querido Pepo-filo, si lees esto en mi blog te recomiendo sólo una cosa: Vive! y que sea el corazón quien dicte que hacer, como, cuando y donde hacerlo! la gracia está, pepofila, en saber diferenciar lo del corazón de lo del "cerebro".
PD: Sushi!
2 comentarios:
El no aletargarte no depende del contexto territorial, sino de tí, debes mantener ese espíritu que nace en Santiago en cualquier lugar, debe caracterizarte.
Siempre, siempre habrán situaciones que nos harán decir "cómo sería si?" el punto es apreciar todo como es.
Sushi ? quisiera estar tan segura.
Hey ! totalmente diferenciado. Todo lo que no es bombear sangre, es del cerebro, pero eso que me hace sentir, sabré hacerlo mío =)
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